Reserva de vida salvaje
Patagonia, Argentina
Cerros Colorados es un refugio de 5.500 hectáreas para la vida silvestre en la Meseta de Somuncurá.
Estamos trabajando para proteger y regenerar el lado más salvaje de la Patagonia Argentina.
Nuestro propósito
proteger la vida silvestre y regenerar la naturaleza en la Meseta de Somuncurá
Inmensa y desafiante. Refugio de pumas, guanacos y choiques. Aromas de estepa. Capital de la Matra. Bosques petrificados. Herencia mapuche. Leyendas templarias.
Somuncurá, la piedra que habla, nos cuenta su historia y nos hace parte... te invitamos a conocerla.
Sobre la Meseta
La meseta de Somuncurá es un enorme macizo enclavado en plena Patagonia Argentina, cuya formación comenzó hace 40 millones de años y fue moldeado por la acción volcánica, resultando una especie de isla colosal de basalto de 25.000 km2 que emerge en medio de la estepa.
Es fácil interpretar sus secretos, a través de la observación de sus cañadones, podemos ver los restos fósiles de fauna marina o pinturas rupestres de los pueblos nativos que habitaron la Patagonia.
Esta inmensidad es refugio de pumas, guanacos y choiques, y también, el hábitat de dos singulares especies endémicas: la mojarra desnuda y la pequeña rana de Somuncurá.
Estar en la cima es sentir que el aire te atraviesa, con perfume a coirones y estepa, envuelto en un profundo silencio y el paisaje sin igual de la Patagonia Argetina.
Ubicación geográfica
Sector meridional de los departamentos 9 de Julio y Valcheta, pertenecientes a la provincia de Río Negro, y del sector septentrional del departamento Telsen, perteneciente a la provincia del Chubut, en el ámbito subregional de la Patagonia extraandina, dentro de la República Argentina.
SUPERFICIE
25.000 km2/ 1.600.000 ha
SOMUNCURÁ
Somuncurá proviene del idioma mapuche y significa 'piedra' (= curá) 'que suena' o 'habla' (= somún, que deriva de zungun). Interpreta el sonido de las rocas, mayormente basaltos, en relación, con el sonido del viento.
VALOR ECOSISTÉMICO
La región de Somuncurá reviste de interés geomorfológico, geológico, climático, biológico y ecológico, y de características únicas en Río Negro y en la Patagonia. El área es de gran interés biológico por la existencia de especies y subespecies endémicas vegetales, y animales como la mojarra desnuda, la lagartija de las rocas, la rana de Somuncurá, algunas subespecies del piche patagónico y un habitante de las rocas: el pilquín o chinchillón.
CONSERVACIÓN
Creemos que es posible construir un modelo de desarrollo basado en la restauración y producción de naturaleza para el turismo, la dinamización de las economías regionales y la puesta en valor de la cultura e identidad local, para regenerar los territorios degradados de la meseta de Somuncurá.
La meseta es deslumbrante y está llena de oportunidades, pero también es un territorio sumamente sensible a los efectos de la crisis climática y a los cambios en el uso del suelo.
El pastoreo intensivo para la producción ovina, y el conflicto de la ganadería con el puma y otras especies nativas, han provocado que la fauna silvestre sea desplazada por la presión de caza y otras amenazas, generando severos daños a las funciones claves y al frágil equilibrio del ecosistema.
La escasa diversificación productiva, las variaciones en los índices de precipitaciones como consecuencia del cambio climático, y las temperaturas extremas, representan dificultades para los modos tradicionales de producir y vivir en la estepa. Cada vez más, los jóvenes migran hacia la ciudad y los pobladores rurales abandonan progresivamente los campos de la meseta.
Por todo esto, nuestra propuesta se basa en dos ejes de acción:
FAUNA SILVESTRE
REWILDING
La meseta es uno de los últimos refugios para el depredador tope de la Patagonia: el puma. Las poblaciones de otras especies icónicas de esta región, como el guanaco, el choique y la mara patagónica, también han sufrido drásticas reducciones.
Proteger y reintroducir las poblaciones de estas especies es vital para restablecer el equilibrio ecológico. La presencia de estas poblaciones en abundancia puede transformarse en el principal atractivo de un nuevo modelo de desarrollo de turismo de naturaleza basado en experiencias de avistaje de vida silvestre en libertad, lideradas por las comunidades locales.
Líneas de acción:
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Monitoreo de choique, guanaco y puma para evaluar el estado de las poblaciones,
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Sensibilización a pobladores locales sobre el potencial del turismo de naturaleza y la necesidad de restaurar las funciones clave del ecosistema para garantizar la provisión de servicios ecosistémicos,
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Control de la presión de caza sobre las poblaciones de especies nativas, y especialmente del puma.
PATRIMONIO
CULTURA E IDENTIDAD LOCAL
Honrar el patrimonio, rescatar los saberes ancestrales y la identidad es parte de regenerar el territorio.
Líneas de acción:
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Rescate de saberes ancestrales,
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Puesta en valor de vestigios del patrimonio cultural en el centro de interpretación de la reserva,
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Leyendas y arte local.
Arte Local: La cultura local, con marcada presencia mapuche en la región de Somuncura, se manifiesta en todo su esplendor en el tejido artesanal de la MATRA.
Líneas de acción:
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Desarrollo de una línea boutique de MATRA artesanal,
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Apoyo a la creación de cooperativas de mujeres emprendedoras locales.
Somuncurá. Donde los pájaros anuncian las nevadas con el rebate de sus alas inquietas, donde los promontorios de piedra volcánica son mangrullos para orientar a los perdidos. Donde la nieve se guarece a su propio arbitrio y su manto níveo sepulta puestos, alambrados y animales igualando con su rasero implacable y recurrente la vida de hombres y mujeres. Donde las estrellas están tan cerca que se pueden tocar con las manos. Donde se puede hablar con el silencio. Donde el mundo es distinto. Donde se alcanza la completa dimensión que solo la naturaleza sabe llenar de bonanzas y lasitudes. Donde se puede caminar en una soledad que sin embargo nos comunica con todo lo importante: el sentir de la vida.
Para los hombres de limpio corazón, para los que buscan, para los que necesitan encontrarse en las distancias y el silencio, para los que ansían “escuchar” la meseta de Somuncurá es más que un accidente geográfico: Somuncurá es un destino.
Por Jorge Castañeda, escritor de Valcheta